lunes, 28 de octubre de 2013

Inbox








(Visto en Tumblr)




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ENLACES:


- Nadkarni A, Hoffman SG. Why Do People Use Facebook? Pers Individ Dif. 2012 Feb 1;52(3):243-249. Epub 2011 Nov 26. (Deseos de pertenencia e identificación con grupos a la vez que de autoexhibición, según afirman los autores, es lo que mueve a las personas a crear cuentas en Facebook).

- Nitzan U, Shoshan E, Lev-Ran S, Fennig S. Internet-related psychosis−a sign of the times. Isr J Psychiatry Relat Sci. 2011;48(3):207-11. (Porque el Internet anda metido en todo, como andamos nosotros metidos en él, hasta casos de psicosis hay donde la Web jugó rol trascendente en el desencadenamiento).

- Marshall TC. Facebook surveillance of former romantic partners: associations with postbreakup recovery and personal growth. Cyberpsychol Behav Soc Netw. 2012 Oct;15(10):521-6. doi: 10.1089/ cyber.2012.0125. Epub 2012 Sep 4. (Obviamente, si te quedas enganchado a tu ex, vía Facebook, será más difícil que cicatrice tu corazón).


- Moreno MA, Christakis DA, Egan KG, Brockman LN, Becker T. Associations between displayed alcohol references on Facebook and problem drinking among college students. Arch Pediatr Adolesc Med. 2012 Feb;166(2):157-63. (Aquellos quienes publican las fotos de sus cuchipandas alcohólicas en Facebook tienen suelen tener problemas de abuso de alcohol).

- Wolniczak I, Cáceres-DelAguila JA, Palma-Ardiles G, Arroyo KJ, Solís-Visscher R, Paredes-Yauri S, et al. Association between Facebook dependence and poor sleep quality: a study in a sample of undergraduate students in Peru. PLoS One. 2013;8(3):e59087. doi: 10.1371/journal.pone.0059087. Epub 2013 Mar 12. (Ahora sabemos porqué muchos estudiantes universitarios duermen mal en nuestro país).


- Von Muhlen M, Ohno-Machado L. Reviewing social media use by clinicians. J Am Med Inform Assoc. 2012 Sep-Oct; 19(5): 777–781. (Y claro, nosotros los trabajadores de la salud también andamos en las redes sociales como Facebook; más bien Blogger es ya un poquito cosa del pasado, ¿no?)




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domingo, 27 de octubre de 2013

Los normales anormales




(C) Quino.



“The real hopeless victims of mental illness are to be found among those who appear to be most normal. Many of them are normal because they are so well adjusted to our mode of existence, because their human voice has been silenced so early in their lives, that they do not even struggle or suffer or develop symptoms as the neurotic does." They are normal not in what may be called the absolute sense of the word; they are normal only in relation to a profoundly abnormal society. Their perfect adjustment to that abnormal society is a measure of their mental sickness. These millions of abnormally normal people, living without fuss in a society to which, if they were fully human beings, they ought not to be adjusted.”


"Las verdaderas víctimas de la enfermedad mental y que realmente carecen de esperanza se encuentran entre los que parecen ser de lo más normales. Muchos de ellos son normales porque están demasiado bien adaptados a nuestro modo de existir, porque su voz humana ha sido silenciada tan temprano en su vida, que ni siquiera tienen dificultades ni sufren ni presentan síntomas como sería el caso de cualquier neurótico. Son normales no en lo que podría llamarse el sentido absoluto de la palabra, sino que son normales sólo en relación a una sociedad profundamente anormal. Su ajuste perfecto respecto a la sociedad anormal es una medida de su enfermedad mental. Estos millones de personas anormalmente normales viven sin problemas en una sociedad donde, si fueran totalmente y plenamente seres humanos, no estarían tan bien adaptados".

A. Huxley
Brave New World Revisted, 1958.





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No es locura, señor, es pobreza.



martes, 22 de octubre de 2013

Sobre internamientos psiquiátricos involuntarios







Una reciente noticia desde el otro lado lado del Atlántico, informa de un paciente con diagnóstico de esquizofrenia que, en su agravamiento, se tornó inconteniblemente agresivo hacia sus familiares. Éstos apelaron a las autoridades respectivas para lograr que pudiese ser hospitalizado en contra de su voluntad pero, debido a dilaciones y procedimientos burocráticos, esto no fue posible. Lamentablemente el paciente terminó asesinando a su propio padre.

La noticia es de hace pocos días aunque los hechos ocurrieron hace cuatro años. Lo penoso y que suscita la información es que los familiares iniciaron un proceso judicial para determinar a quienes fuesen culpables de este drama pero hasta ahora no han hallado tampoco resultados positivos.

La nota periodística revela el calvario de los parientes quienes hace cuatro años apelaron al juez de tutelas quien a su vez los derivó al servicio de atención de urgencias y entre ambas entidades se endilgaron mutuamente las responsabilidades sin dar solución a la situación de riesgo.

A diferencia del Perú, donde la decisión de internamiento de pacientes psiquiátricos es parte de la jurisdicción médica -decide el médico psiquiatra de urgencias solamente o una junta de psiquiatras, en el mejor de los casos-, en la mayoría de países con mayor grado de desarrollo socioeconómico del mundo occidental, la decisión final de hospitalización de un paciente debe ser refrendada por la instancia judicial respectiva. (En nuestro medio, a veces es más la limitante la falta de disponibilidad de camas para los internamientos, sean voluntarios o no).

Aquí se da un encuentro de puntos de vista pues, como sabemos, los métodos y valores de la ley y de la medicina están intrínsecamente en conflicto:  mientras la ley tiene como meta el cumplimiento de la justicia por medio de la resolución de conflictos que se producen entre partes, la meta de la medicina es la recuperación de la salud mediante el consenso entre el paciente y el médico. La ley asume la existencia de un conflicto intrínseco en la búsqueda de la justicia, mientras que la medicina asume un acuerdo intrínseco en el deseo de lograr la salud. Para la ley, el internamiento involuntario es fundamentalmente una restricción de la libertad individual; en la medicina, mayoritariamente, el tratamiento involuntario se considera un esfuerzo dirigido a conseguir que se recupere la salud. Asimismo, mientras la preocupación de la ley ante un posible error supone preferir la libertad de diez culpables antes que el castigo de un inocente, la medicina sostiene que salvar a un paciente de la muerte justifica que, de vez en cuando, pueda producirse una hospitalización innecesaria. Son éticas y principios diferentes. (1)

Existen pues diversos puntos de vista de todos los actores encargados de la atención de las personas con enfermedades mentales severas. No se puede extrapolar a partir de un caso particular y sensible como el que reseñamos, desde luego, y es que como se ha señalado en un tema tan delicado y complejo: si la meta es el individuo, cualquier afirmación general sobre las necesidades asistenciales o terapéuticas de los enfermos mentales carece de sentido.

¿Pero quién devuelve al padre muerto y quién saca al hijo, filicida por su enfermedad, de la penitenciaría psiquiátrica donde se le recluirá 15 años? Ironías del destino, el juez que displicentemente no tomó cartas en el asunto a su debido tiempo, fue jubilado por incapacidad mental y fue internado involuntariamente, esta vez, sin dilación.




(1) Peele R, Chodoff P. La ética del tratamiento involuntario y la desinstitucionalización. En:  Bloch S, Chodoff P, Green SA (eds). La ética en psiquiatría. Madrid: Triacastela; 2010.
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- Actualización en Psiquiatría de Emergencias

lunes, 14 de octubre de 2013

La nosología de la locura...





Tower of Fools (Narrenturm), Vienna, 1784. (Fuente)




La nosología de la locura, la etiología, la sintomatología, la patología, la diagnosis, la prognosis, los cuidados, -¡con qué orden los libros de texto lo clasificaban todo! Con qué precisión definían al idiota, al cretino, al imbécil, al epiléptico, al histérico, al hipocondriaco y al neurasténico. En lugar de admitir lo poco que se sabía de lo que pasaba en el cerebro humano, tanto sano como enfermo, los profesores apilaban nombres en latín.


De The Estate
Isaac Bashevis Singer





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jueves, 10 de octubre de 2013

Día de la salud mental y los adultos mayores





“…como acostumbran los ancianos, para quienes el pasado no es una calle 
que se aleja progresivamente, sino una gran pradera que ningún
 invierno mancilla, separada de ellos por el angosto
 cuello de botella de los últimos diez años.”

FAULKNER







Este año el Día de la Salud Mental, auspiciado por la World Federation of Mental Health, ha sido dedicado al tema de la salud mental de las personas de edad avanzada, antes llamadas ancianas, personas de edad geriátrica, los viejitos, los de la tercera edad, los gerontes, los adultos mayores y aquellos que se hallan en la edad senil (talvez la diversidad de apelativos refleje la carga de estigma que acarrea el envejecimiento y el miedo que se le tiene como epílogo inevitable de la vida).

No solemos darnos cuenta de que actualmente, con el aumento de la expectativa de vida, existen más personas de edad avanzada que nunca antes en el devenir de la humanidad. Ello implica que las perturbaciones de salud mental de estas personas adoptarán de por sí ribetes de problemas de salud pública además de por sus diversas implicancias: el cuidado de las personas con demencia, por sí solo, es todo un rubro que afecta a cada vez más familias, complicando y generando crisis en su dinámica.

En un entorno cada vez signado por la sobrevaloración de la productividad económica y consumista, nuestros ancianos suelen ser dejados de lado asumiendo que "no se acuerdan de las cosas porque son viejitos" (en realidad podría tratarse de un cuadro incipiente de demencia) o que solo tienen pena y piensan en el pasado porque ya son ancianitos (cuando bien podríamos hallarnos ante un problema depresivo en un adulto mayor). Muchas veces se espera que el anciano simplemente coma, duerma y no moleste ni rezongue; y ello sería sinónimo de que está suficientemente bien. Nada más errado pero lamentablemente frecuente.

La World Federation of Mental Health (división de la Organización Mundial de la Salud) ha editado un prospecto donde se tocan de manera suscinta y amena diversos tópicos de la salud mental de los ancianos y sus cuidadores, accesible aquí: MENTAL HEALTH AND OLDER PEOPLE / World Mental Health Day, October 10 2013.

Preservar la salud de nuestros ancianos permitirá que realmente puedan llegar a viejos conservando fresco el espíritu, es decir, podrá decirse que son "jóvenes antiguos". Eso es tarea pendiente de todos y empieza con cada persona de edad avanzada en casa.







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martes, 8 de octubre de 2013

On depression, de S. Nassir Ghaemi







Hace tiempo no leíamos un libro psiquiátrico sobre depresión en que se mencionase, y no como de pasada o gratuitamente, a Nietzsche o Aristóteles. Hace tiempo... y nos hacía recordar a la distancia a aquel primer libro que conseguimos nomás llegando la residencia psiquiátrica y que no fue adquirido en una biblioteca precisamente sino ¡en un supermercado!: "Más Platón y menos Prozac" de Lou Marinoff.

Aún no pasamos de las primeras páginas de "On Depressión" , del proficuo psiquiatra S. Nassir Ghaemi, pero nos ha entusiasmado leer aquello que no se encuentra en los textos al uso hoy en día, una visión íntegra de la persona que se deprime, sin extremismos psicológicos ni neurobiológicos. Así, párrafos como éste (la traducción es mía): "En la medida en que experimentamos dolor podemos vivir; sin dolor, moriríamos. Es el caso del dolor físico respecto al cuerpo, y del dolor mental respecto a nuestra mente y cerebro. Parece haber un rol trascendental, en la existencia humana, para la depresión. Cuando nos deprimimos, eso significa que nos hallamos en un punto muerto; talvez es que nuestros juicios estaban equivocados respecto a algo o alguien, y debiéramos redirigir nuestro rumbo. La depresión, como el dolor, posee un significado. Nuestro trabajo no consiste simplemente en erradicarla sino en buscarle su sentido."

Enfoques así con soslayados por la psiquiatría del main stream y se confinan a manuales de psicoterapia, cual si fueran de índole alternativa, secretista. Inclusive Ghaemi se refiere a la depresión-no-enfermedad y a la depresión-enfermedad, para discernir aquellos cuadros de naturaleza reactiva, por desajuste psíquico de la persona con su entorno, en los que la estimativa de valores individuales requiere ser reajustada, y donde la medicación antidepresiva no es el recurso primordial sino que puede resultar muchas veces engañoso placebo. Y Ghaemi critica la hipertrofia del diagnóstico de depresión mayor, tan abarcativo y poco discriminador, y así lo dice taxativamente: "la mayoría de casos de depresión no son patológicos, no son depresiones en el sentido de constituir enfermedades".

Y cosa inusual en un libro psiquiátrico -cómo estará la psiquiatría actualmente que nos sorprende gratamente hallar uno como éste donde se cita con solvencia a filósofos, literatos y se habla de historia y de antropología- Ghaemi critica el modo en que vivimos y comenta algo muy necesario y que no es un sentimiento ni un pensamiento sino una virtud imprescindible : el coraje.

Ghaemi ha titulado su obra sencillamente pero con resonancias latinas: "On depression", y sin duda su libro tiene el decantado e inconfundible sabor de un clásico.



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ENLACES:

Diagnosing Our Despair: Depression in Modern Man, por Nassir Ghaemi, en The Good Men Project.

- On depression, de S. Nassir Ghaemi, en Amazon.com


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