martes, 30 de octubre de 2012

Ser normal





"Nadie repara en que muchas personas emplean energía en enormes cantidades para ser, simplemente, normales".

Albert Camus


Foto de Spencer Tunick


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- La frase del día

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No es locura, señor; es pobreza.


sábado, 27 de octubre de 2012

μελαγχολί / Melancolía / Bilis negra





La representación plástica de los padecimientos de la mente puede abarcar todo un volumen de la historia del arte. Desde la vereda del utilitario y pedestre diseño gráfico, minimalista, Patrick Smith ha diseñado pósters representando algunos problemas de salud mental como el que mostramos arriba, evocativo de la depresión: en él, así como el recuadro diminuto parece aplastado en medio de la oscuridad circundante  -ominosa, asfixiante bilis negra-, también puede vislumbrarse a manera de una luz, desfalleciente pero luz al fin, que asoma al fondo del túnel.


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ENLACE:

- Adapt. Create. Web de Patrick Smith con sus pósters.


Y sobre cómo en el difuso constructo de "depresión mayor" se ha subsumido la "melancolía", para desmedro de la mejor diferención clínica, he aquí un par de -magistrales- pinceladas:

- Berrios GE. Melancholia and depression during the 19th century: a conceptual history. Br J Psychiatry 1988; 153: 298-304. (Texto completo PDF

- Jansson A. Mood Disorders and the Brain: Depression, Melancholia, and the Historiography of Psychiatry.  Med Hist. 2011 July; 55(3): 393–399. (Texto completo PDF)




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jueves, 25 de octubre de 2012

Bodas de diamante de la clorpromazina





Una añorada forma de presentación de Clorpromazina: los supositorios (Science Museum, London).


Conmovedor es recordar que la clorpromazina cumple ya 60 años y lo hace convertida en toda una respetable matrona.

Y no sólo es notable la efeméride por lo que pudo haber significado positiva y simbólicamente esta molécula antipsicótica en la historia de la psicofarmacología y la psiquiatría, sino porque permite rememorar el contexto en que dio sus primeros pasos.

Hojeo un Compendio de Psicofarmacoterapia de Walter Pöldinger, editado por el Servicio Científico Roche en 1968. Pöldinger era jefe de psicofarmacología clínica en la clínica psiquiatrica de la universidad de Basilea. Uno podría presumir, a la actual usanza, un grueso conflicto de intereses y que el Dr. Pöldinger en su manual, editado contimás por laboratorio farmacéutico, reventaría ensordecedoras bombardas a las moléculas psicotropas.

Pero no, con austeridad germana Pöldinger apuntaba: "Lejos de oponerse, la farmacoterapia y la psicoterapia deben combinarse de manera adecuada. (...) Éstas se completan en las indicaciones oportunas, debiendo constitutir siempre la psicoterapia, y sobre todo la toma de conciencia de la conducta errónea  inconsciente y el estímulo de las relaciones sociales, la clave fundamental de todo tratamiento psiquiátrico." 

Luego Pöldinger enriquece su expresión con el siguiente gráfico donde compara los planes de tratamiento psiquiátrico antes y después de los medicamentos psicotropos, (atención al detalle pues en ambos esquemas un mismo vértice se privilegia):




Y enternece rememorar en el mismo manual la clasificación de entonces de los medicamentos psicotropos: categorizados en neurolépticos, timolépticos, timeréticos, estimulantes y psicolíticos, según sus actividades diferenciales sobre la mente. Por supuesto, enternece no porque se haya hoy modificado hasta la obsolescencia dicha clasificación, al contrario, sigue sin mayor cambio en cuanto a dispar y, de hecho, es hasta menos sofisticada en algún aspecto. (En una entrada previa comentábamos precisamente sobre un "nuevo antidepresivo" y cómo en los últimos 30 años o más no se han diseñado realmente nuevos psicofármacos).  





Este otro gráfico en forma de colorido disco da puntual cuenta del traslapamiento de los efectos de varios de los fármacos reseñados (y da cabida a la nostalgia de aquellos psicodélicos años 1960):




Séanos excusado este largo introito para recomendar el artículo del Dr. Juan Medrano recientemente aparecido en la Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría y cuyo título tomamos a préstamo para la entrada: Las bodas de diamante de la clorpromazina. El Dr. Medrano, autor de aquella memorable página electrónica denominada Psiquiatría Insólita (durante los años que cursamos la especialidad, a la par que instruirnos, nos demostraba que la psiquiatría no tiene porqué ser ampulosa ni acartonada y que una sonrisa suele ser más inteligente y constructiva que un rictus destemplado), no sólo revisa la historia del fármaco sino que lo ubica en la perspectiva temporal del hoy, sesenta años luego, con la vieja "Clorpro" rodeada de nietos legítimos y bastarduelos y parientes distanciados. Tras tanta revolución farmacológica posterior donde supuestamente los antipsicóticos aparecidos en épocas recientes desbancaban del todo a los clásicos, Medrano apostilla que una clasificación más honesta de estos fármacos sería no en "típicos y atípicos" ni en "de primera y segunda generación" sino simplemente en "antipsicóticos baratos y antipsicóticos caros." Hay que leerlo.


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ENLACES:

- Medrano J. Las bodas de diamante de la clorpromazina. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. 2012; 32 (116): 851-866.

- Del admirado blog postPsiquiatría, recomendamos varias enjundiosas entradas referidas al tema de los antipsicóticos y los gatos por las liebres:
El curioso (y costoso) asunto de la atipicidad
Bibliografía inquietante que ningún visitador comercial te pondrá delante...
Diez ¿buenas? razones para prescribir paliperidona en vez de risperidona

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martes, 23 de octubre de 2012

Criterios para una buena muerte - Edwin Shneidman





Louis Hersent. La muerte de Bichat (1802)



Recientemente nuestro dilecto amigo el Dr. Brea en su blog ha publicado una entrada denominada El arte de vivir; tras leerla -y reservarla para el sopesamiento necesario- vino a nuestra mente un texto de Edwin Shneidman (1918-2009), padre de la suicidología y tanatólogo, titulado Criteria for a good death (Criterios para una buena muerte)

El tema de la "buena muerte" es un tópico frecuente en la religión cristiana, imágenes del Cristo de la Buena Muerte, templos consagrados a la "Buena Muerte", son usuales de hallar en pueblos y calles de nuestros países respectivos. Por ironía actual, y ante el trajinado boom de la gastronomía peruana, el resultado más notorio en Google ante la búsqueda de los términos "Buena muerte" es el de un restaurante así llamado por ubicarse frente a la tradicional iglesia de la Buena Muerte en el centro de Lima.

Edwin Shneidman, psicólogo norteamericano, hijo de padres judíos rusos, fue un original investigador del suicidio. De hecho, el nombre de Suicidología (el estudio del suicidio y de su prevención) fue acuñado por él y Shneidman la consideraba una rama de la psicología porque concebía al intento de suicidio como una crisis psicológica. Otro concepto valioso por él aportado fue el de "dolor psíquico" (psychache, como análogo del dolor físico) pues para él la esencia del suicidio era el lancinante, terebrante dolor y pesadumbre moral asumidos como inescapables por el sufriente (aunque han sido discutidos y relativizados, Shneidman enunció también  los "Diez Puntos en común del Suicidio" que se pueden leer aquí).

Shneidman fue tanatólogo emérito de la Universidad de Los Ángeles, es decir llevaba una cátedra consagrada al estudio de la muerte y el morir; pero Shneidman era un amante de la vida así que inevitablemente (aún creyendo que no existía un más alla) consideraba a la muerte como epítome cenital e indesligable de la existencia.

Aunque Shneidman reconocía que no hay un tipo único de “buena muerte" pues cada persona tendría una “buena muerte” apropiada -la que cada uno escogería si pudiese escoger- pretendió enunciar los que consideraba globalmente criterios para una buena muerte A continuación intentamos traducirlos (y que no se deben confundir con eutanasia ni mucho menos, asunto de otra y más complicada índole):


DIEZ CRITERIOS PARA UNA BUENA MUERTE 
(Shneidman E. Criteria for a Good death. Suicide Life Threat Behav 2007; 37: 245-247)

1. Que sea natural: 
Una muerte natural es aquella que no resulta como consecuencia de accidente, suicidio u homicidio.

2. A edad madura:
Luego de los 70 años, en condición de lucidez y con experiencia de vida, tras haberla saboreado plenamente.

3. Que sea esperada:
Ni súbita ni inesperada, poseedora aunque sea de mínima posibilidad de advertencia -al menos unas semanas antes-.

4. Que sea honorable:
Que reciba honras finales y sin señalamientos amargos, esto es, con un obituario positivo.

5. Que esté preparada:
Esto es, que los arreglos legales y costes fúnebres queden cubiertos previamente.

6. Que sea aceptada:
Con la aquiescencia que lo inmutable de la naturaleza y el azar exigen.

7. Que sea civilizada:
Con la presencia de al menos algunos de los seres queridos y en un entorno grato para el que se va.

8. Que acabe generativa:
Habiendo entregado quien muere su legado de sabiduría, memoria y experiencia acumulada.

9. Que sea compungida:
De modo que pueda apreciarse el estado emocional propio que es una mezcla agridulce de pesar, añoranza y consideración por el que ha partido, pero sin abatimiento total.  Es mejor si quedan proyectos inconclusos pues nos recuerda que ninguna vida es “completamente completa”.

10. Que sea pacífica:
Que la escena final sea llena de amistad y amor, con el dolor físico controlado si es posible.

Finalmente, Shneidman ponderadamente ofrece lo que él considera "la regla de oro" para una buena muerte, ésta centrada en los supervivientes pero encarecida a quien muere: “apóyate lo menos posible en ellos”.  Esto es, que nuestra muerte, en lo posible, cause la menor cantidad de dolor a los que nos sobrevivan.

Como es evidente, aunque son metas ideales, altamente deseables para el buen momento de la expiración, por circunstancias de diversa laya cada vez seremos menos los que podamos gozar de una "buena muerte" como la que describía Shneidman. A lo más podremos aspirar a la aquiescencia y a la condición generativa del morir como trasmisión de experiencias a quienes nos perpetúan temporalmente -además de un seguro de vida y de pompas fúnebres, en cualquier caso- lo otro, cuántas sondas y tubos nos enganchen o en qué recodo nos asalte con su guadaña la muerte, no cabe ni intuirlo. Por ello al final, más vale revisar los postulados del post del Dr. Brea y vivir del mejor modo posible cumpliendo la obligación de todo hombre: ser justo y ser feliz.



Edwin S. Shneidman




NB: La imagen de La muerte de Bichat la tomamos prestada del blog Medicina y Bellas Artes del colega y amigo Dr. Francisco Doña (ojalá nos prestase un poco también de su versación humanística y feliz meticulosidad).
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ENLACES:

- Chávez-Hernández AM,  Leenars AA. Edwin S Shneidman y la suicidología moderna.Salud Mental 2010; 33: 355-360.

- Leenars AA. Edwin S. Shneidman on Suicide. Suicidology Online 2010; 1:5-18. (PDF)

- American Association of Suicidology, fundada por E. Shneidman.


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sábado, 20 de octubre de 2012

Boredom








"Hace falta mucho coraje para hacer frente a la primavera."

CIORAN



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ENLACE:

- Retana C. Consideraciones acerca del aburrimiento como emoción moral. Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica XXXV (2): 179-190, 2011 / ISSN:0378-0473. (Texto completo PDF)


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miércoles, 17 de octubre de 2012

STRANGERS TO REASON: LIFE Inside a Psychiatric Hospital, 1938





 "A woman patient in a camisole becomes violent." (Alfred Eisenstaedt—Time/Life Pictures/Getty Images.)


Desde hace algún tiempo la famosa revista norteamericana LIFE ha colocado sus archivos fotográficos en Internet para acceso libre del público. Hay miles de fotografías y crónicas y en medio de los contenidos frívolos de rigor, de interés circunscrito a la ocasión temporal, aparecen reportajes que trasuntan el paso del tiempo y pueden seguir siendo motivo de reflexión para la continuidad de distintos quehaceres humanos y sociales (como la psiquiatría, cuya urdimbre es ineludiblemente su historia).

¿Qué pasaba en 1938? Aún no se desencadenaba la II Guerra Mundial pero el auge de la doctrina nacionalsocialista y fascista era bullente no sólo en países europeos, sino que influía desembozadamente en la política del concierto mundial. Aún no existían los antipsicóticos como la clorpromazina y ese año recién sucedieron las primeras experiencias con la terapia electroconvulsiva (en Italia, por Lucio Bini y Ugo Cerletti).

También se hallaba en boga por aquella época (de hecho en toda la primera mitad del siglo XX) la corriente eugenésica que, si bien no fue un invento propio de los nazis, sí fueron ellos principal exponente de la tendencia más extrema: reclusión, esterilización forzada y aún eutanasia (se calcula que antes del Holocausto judío medio millón de personas con diversos tipos de discapacidad supuestamente hereditaria fueron esterilizadas en la Alemania nazi). En Estados Unidos también hubo, aunque de manera menos desembozada, una política de esterilizaciones hacia personas con discapacidades varias, incluyendo por supuesto las secundarias a trastornos mentales severos.



Alfred Eisenstaedt—Time/Life Pictures -Getty Images. (Not originally published in LIFE.)


La tendencia eugenésica más sosegada pretendía limitarse a brindar consejería y orientaciones a las parejas, por ejemplo en su texto de 1929 "Amor, Conveniencia, Eugenesia", el mismo Gregorio Marañón era apodíctico: "No tendremos, pues, la inocente pretensión de intentar someter la fuerza arbitraria y gigante del instinto de la especie a una ordenanza higiénica. Pero sí podemos decir, escuetamente, que no debe casarse quien no esté suficientemente sano" -el subrayado es de Marañón-. Quién debería ser considerado suficientemente sano aguardaba, desde luego, la opinión de la ciencia médica dependiente a los dictámenes de la coyuntura sociopolítica como cualquier producto social. Inclusive Honorio Delgado en su afamado Curso de Psiquiatría, cuyas últimas ediciones datan de la década de 1960, considera un acápite para la eugenesia psiquiátrica dentro del capítulo sobre Higiene Mental y, aunque advierte que "el facultativo, al dar dictamen eugenésico, no impone principios" sí reconoce que ni siquiera la ley de esterilización forzada de 1933 en la Alemania nazi fue suficiente para aniquilar las psicosis endógenas y añade, admonitivo: "cuando ambos contrayentes pertenecen a familias de esquizofrénicos, el matrimonio no es aconsejable".

Las imágenes de la revista LIFE en su antiguo reportaje no se agotan en la contemplación de las camisas de fuerza y las tinas de hidroterapia como testimonios de tiempos supuestamente o felizmente superados. Cuántos de los hombres y mujeres fotografiados hace 74 años en el Pilgrim Hospital de New York se hallaban esterilizados, no se puede colegir desde estas escuetas imágenes. Pero aunque la Bioética surge recién embrionaria luego de la II Guerra Mundial y actualmente estas prácticas se asumen proscritas, no se puede soslayar que en el entramado político y social de los tiempos que devienen no asegura ninguna certidumbre, ni la postura religiosa aún, sino el ojo avizor individual y la conciencia crítica colectiva. Las fotografías de los pacientes asilados en el Pilgrim Hospital State muda e irónicamente nos replican el título del reportaje: "Strangers to Reason / Ajenos a la Razón": ¿Razón, cuál razón? ¿Y quiénes son los ajenos a ella? ¿Los humanos internados en el manicomio o aquellos de afuera que los castraron?




Alfred Eisenstaedt—Time/Life Pictures -Getty Images. (Not originally published in LIFE.) 



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ENLACES:

STRANGERS TO REASON: LIFE Inside a Psychiatric Hospital, 1938.

- Capuano CF, Carli AJ. Antonio Vallejo Nagera (1889-1960) y la eugenesia en la España Franquista. Cuando la ciencia fue el argumento para la apropiación de la descendencia. Revista de Bioética y Derecho, núm. 26, septiembre 2012, p. 3-12. (texto completo PDF)

- La magistral bitácora Imágenes de la Psiquiatría, perenne inspiración y referencia autorizada en la blogósfera sobre iconografía de nuestra especialidad.


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lunes, 15 de octubre de 2012

Ese trastorno mental no clasificado: la felicidad







Aunque la referencia no es nada reciente, circula en Internet el artículo de Bentall RP. A proposal to classify happiness as a psychiatric disorder. J Med Ethics 1992; 18: 94–98. Bentall es un destacado psicólogo británico, estudioso de las experiencias psicóticas (alucinatorias y delirantes) como continuidades desde la vivencia normal no psicótica, y proponente de cuestionamientos al modelo biomédico rígido y cerrado respecto a la equizofrenia. Fue coautor hace unos años junto a Loren Mosher y John Read del libro Models of Madness. Psychological, Social and Biological Approaches to Schizophrenia, donde afirmaban que alucinaciones y delusiones eran reacciones psicológicas comprensibles ante eventos y circunstancias vitales y no necesariamente problemas con predisposición genética o base biológica, criticaban el modelo médico de la enfermedad mental, analizaban el modelo "enfermedad" aplicado a los trastornos mentales desde perspectivas históricas y socieconómicas, documentaban el rol influyente de la industria farmacéutica e inventariaban enfoques alternativos a los estrictamente farmacológicos.

El artículo en mención es una inteligente y sagaz parodia crítica de los sistemas clasificatorios y, con los propios argumentos del sistema de donde provienen, relativiza y discute a los mismos recordándonos lo hipotético y precario de los mismos, que a veces asumimos como verdades reveladas, sin serlo.


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ENLACE:

- Bentall RP.  A proposal to classify happiness as a psychiatric disorder. J Med Ethics. 1992; 18: 94–98.


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sábado, 13 de octubre de 2012

5 sobre TDAH del niño y del adulto 5







Un inteligente y anónimo comentario ha aparecido en el blog de Duncan Double, Critical Psychiatry:

"I trained in the UK many years ago and have crossed the Atlantic twice. I work in Ontario at the moment. I am reluctant to give the diagnosis of ADHD to an adult. In fact, I strongly feel that we are overmedicalizing human frustration. However, I feel very threatened when my clinical acumen is questioned by ADHD "Believers."

I wonder who or what is behind this; further, nobody wants to be labelled as taking an antipsychiatry stance and thus risking jobs, mortgages, etc.

This is a terrible problem that is extensive to other diagnosis and certainly to the future dsm5 manual."

D. Double relataba en la reciente entrada que motivó el comentario anterior, una conferencia en el Royal College of Psychiatrists del Reino Unido donde la mayoría de psiquiatras asistentes fueron encuestados y remarcaron que este diagnóstico (TDAH del adulto) había florecido en la década de 1990 y luego descontrolado sin límites, haciendo las reservas del caso:

"The diagnosis of adult ADHD has been led by the Americans, and it has been said that it is the most common undiagnosed chronic psychiatric disorder in adults (...), and British psychiatrists are following their lead in diagnosing it more commonly.

The point I'm making is that psychiatry doesn't seem to be in control of this development. The majority of psychiatrists, at least British ones, have reservations, but they don't seem to express them. There is a problem with voicing concerns about such trends for fear of being labelled as anti-psychiatry (see eg. previous post). We need to encourage a more open debate on issues within psychiatry."

He aquí un llamado de atención que no debiéramos desoír.  Mientras tanto, nuestro recordado amigo virtual y virtuoso, el Dr. Miguel Ruiz-Flores, desde su apreciada bitácora Psiquiatría Ibiza, nos informa, en una primera parte, sobre la historia de la búsqueda de la lesión neurológica subyacente en el TDAH: 


Como su blog no tolera actualmente el copy & paste, trascribimos este comentario suyo en un post nuestro de otrora:

"...este espinoso tema da para mucho. Es el arte de birlibirloque: del síntoma inespecífico (alteración de una función tan compleja y sensible como la atención) pasan a una enfermedad incurable pero tratable. ¿¡Soy el único al que esto del TDAH en el adulto le recuerda a los certificados médicos de fallecimiento que en el siglo XIX ponían como causa de la muerte masturbación!?"

Esperamos anhelantes la segunda parte de la entrada de nuestro dilecto colega allá en las Baleares.

Y el siempre saludablemente polémico The Last Psychiatrist en su entrada If Psychiatry Is Committing Suicide, Does That Mean It Needs More Meds? nos recuerda, comentando una conferencia de David Healy y otros textos de interés, la situación de la atención psiquiátrica en Estados Unidos, sometida a los controles de las compañías prestadoras de servicios de salud. Los acápites III y IV están dedicados específicamente al TDAH y hunden el dedo providencialmente en la llaga: 

"The question of whether ADHD or bipolar "exists" is loudly debated because it is utterly meaningless, in battlefield psychiatry no one is treating the diagnosis regardless, we are all treating symptoms; and we're not treating symptoms, we're calling them symptoms because otherwise we don't get paid, you don't get the med, somebody's going to get punched and somebody's going to get sued because somebody didn't "manage the underlying psychiatric process that mediated the assault" which doesn't exist but for some weird reason is widely prevalent in poor blacks and hispanics and whites with calf tattoos."

Y finalmente apuntilla:

"For example, if impulsive and aggressive behavior by a child is viewed as being caused by a neurological abnormality such as Attention Deficit Hyperactivity Disorder (ADHD), then it is considered to be behavior that a child or their parent cannot consciously control and one that requires medical assistance to remedy (assuming of course it has been decided that the behaviors need to be changed), thus shifting activities previously considered pedagogic and the remit of parents and teachers into the medical arena."

Sami Timimi es un psiquiatra británico de larga producción en cuanto a psiquiatría infantil y sobre quien transcribimos un párrafo en español (tomado de aquí) para que tengamos una idea de su perspectiva y que es la que tratamos de transmitir: 

"El primer artículo que leí del psiquiatra infantil Sami Timimi se publicó en el 2004. El título traducido libremente venía a ser “Desarrollando abordajes no tóxicos para ayudar a los niños que podrían ser diagnosticados de TDAH y a sus familias: reflexiones de un clínico británico”. En él explicaba cómo había tratado en los tres años anteriores a los niños que heredó con diagnóstico de TDAH y que estaban tomando metilfenidato. Contaba Timimi: “me encontré con niños que echaban de menos a su padre ausente, con niños cuyos padres discutían, niños de escuelas sin recursos, niños de madres deprimidas que no podrían afrontar el día a día, familias sin apoyo social, niños con problemas de apego, niños adoptados, o acogidos acostumbrados a ser rechazados, niños que no podían expresar el duelo por la pérdida de un ser querido... Vi niños brillantes que utilizaban su inteligencia para evitar el sistema, padres atemorizados de hijos que sabían exactamente qué tecla pulsar, profesores asustados que dudaban sobre cómo tratar a los chicos en el aula, profesores agotados y quemados que ya estaban hartos de enseñar...etc. Y me pregunté, ¿a nosotros, los médicos, porqué nos pagan tanto?”"

Y otro párrafo que pinta de cuerpo entero a este excepcional psiquiatra británico:

“Transparencia: intento no mantener mis ideas en secreto. Comparto mis pensamientos y sentimientos incluso cuando la situación es muy difícil. A veces siento que no sé cómo ayudar a alguien y se lo digo. La transparencia es también una parte de la deconstrucción de la jerarquía. Cuanto más ocultamos nuestro conocimiento profesional de nuestros clientes, más poder tenemos sobre ellos, y creo que más vulnerables se sienten los clientes en nuestra compañía”.

La editorial SAGE, entre otros textos, ha puesto a libre disposición este ensayo de S. Timimi: "The McDonaldization of Childhood: Children’s Mental Health in Neo-liberal Market Cultures", texto muy recomendable y que nos estimula a ubicar esta temática controversial y compleja en un panorama amplio y enriquecedor, rubricando lo que dice el mismo autor: “el verdadero don de la psiquiatría es lo que puede ofrecer al resto de la medicina y que es único de su campo: una comprensión de la persona en su contexto”.


miércoles, 10 de octubre de 2012

Esquizofrenia, pintura, Pavilhão 31 y un tal Koons







Noticia reciente en el diario español El País nos informa de una original exposición pictórica en Portugal. Allí se ha habilitado, en el Centro Hospitalario Psiquiátrico de Lisboa un pabellón (Pavilhão 31), para exponer los trabajos de sus propios pacientes participantes en los talleres de pintura junto a la obra de artistas plásticos connotados, como una forma de abrir las puertas al público y a la desestigmatización de las personas con trastornos mentales.

En esta ocasión, un artista mediático como el norteamericano Jeff Koons, tan polémico como frívolo, de popularidad tan abultada como su cuenta bancaria, fue invitado por uno de los curadores del taller y accedió a enviar cuatro fotografías suyas tipo póster (las que se pueden observar en la página web del autor, sin mencionar el desmesurado el precio de ellas).


Art Magazine Ads (Litografía, 1980) una de las obras de Koons exhibidas en  Pavilhão 31.


Koons constituye lo que Vargas Llosa apostrofa en La civilización del espectáculo como la banalización de la cultura. Un artista que alcanzó la popularidad en la década de los 80 elaborando porcelanas de él y su esposa la actriz porno Cicciolina en posturas de coyunda, cuyas obras se fabrican en serie en talleres industriales y que, a diferencia de otros representantes de lo pop y lo kitsch, sí se considera un genio de las artes plásticas (inclusive tiene una agencia de publicidad contratada para promocionar su imagen), es quien ahora es presentado al lado de José Ribeiro, un hombre esquizofrénico de 45 años internado hace años en el Centro Hospitalario Psiquiátrico de Lisboa, mutista, evasivo, ensimismado, pero que durante varias horas al día elabora caricaturas y bocetos con bolígrafo de seres que huyen señalados por flechas o son devorados por un can enorme o se extravían en desiertos áridos dándose martillazos en el pene.

El artículo de Jiménez Barca en El País grafica con elegancia el contraste entre lo vacuo y desubstancializado  del arte de Koons y la sencilla y humana actividad plástica de Ribeiro, no como una comparación de calidades y menos de precios (es tan fácil confundir valor con precio), sino resaltando el lado ético, de actitud y espíritu entre ambos. Hace siglos, el primer hombre que trazó imágenes en la pared rocosa de las cuevas de Altamira, sin duda no fue un antecesor de Koons sino de Ribeiro.



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ENLACES:


- La noticia en el diario español El País (05.10.2012).

- Pintura de esquizofrénicos 1 y 2 en el blog del Dr. Martín Arévalo: Psiquiatría y más.


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lunes, 8 de octubre de 2012

Un "nuevo antidepresivo"





"Es un nuevo antidepresivo: en vez de tomar las píldoras se las arroja a cualquiera a su alrededor que parezca que la está pasando mejor que Ud."



 
 
 
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ENLACE:

- Fibiger HC. Psychiatry, the pharmaceutical industry, and the road to better therapeutics. Schizophrenia Bull 2012; 38: 649-650.
 
 
 
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domingo, 7 de octubre de 2012

Suicidas - un texto de Guy de Maupassant






Al inicio de su entrenamiento solemos preguntar a los residentes de psiquiatría (deliciosamente bisoños como todos los fuimos una vez) dónde pueden encontrar ellos las mejores descripciones psicopatológicas. La pregunta desde luego es capciosa y ante ella  los colegas dudan, se miran uno a otro con embarazo, asumiendo que deberían mencionar con aplomo a Jaspers o a Kraepelin o a Ey o a algún autor casi esotérico y rebuscado que sólo el preguntón conoce. Pero la respuesta es sencilla, aclaramos luego, la psiquiatría no tiene sino un par de siglos de existencia pero, desde Homero, las mejores descripciones de los individuos y sus sufrimientos, caracteres, conciencias, vidas íntimas y todo lo que constituye a un ser humano, las han pergeñado los literatos. Es en la literatura donde pueden hallarse muchas de las más brillantes descripciones psicopatológicas...

Guy de Maupassant (1850-1893) fue no sólo un renombrado narrador que gozó de fama en vida sino que su existencia misma ha sido luego motivo de estudio patográfico. Aquejado por la sífilis, creó gran parte de su obra durante los tormentos de la enfermedad; disipado, temperamental, nervioso, murió en un manicomio en medio de los delirios de grandeza propios de las complicaciones encefálicas de su mal, y su trayectoria literaria de sólo 13 años discurrió como él mismo describió: apareció como un rayo, se desvaneció como un meteoro.

Varias de las narraciones breves de Maupassant tratan sobre suicidios (él mismo tuvo dos crisis suicidas: un pistoletazo infructuoso la primera, la segunda cortándose el cuello), pero en Suicidas, escrita a manera de carta postrera de un hombre que acaba segándose la vida, se expone vívidamente -el adverbio resulta penosamente irónico- el tedio vital, el desmoronamiento de las tendencias instintivas y la final cacoforia que culmina en la muerte autoinfligida.




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ENLACES:

- Suicidas, de Guy de Maupassant, desde Ciudad Seva.

- Miranda M, Roa N, Bustamante ML. Guy de Maupassant: aspectos médicos de su creativa y desenfrenada vida. Rev Med Chile 2012; 140: 524-529.


- Hayden D. Guy de Maupassant and Friedrich Nietzsche. A Comparison of Two Cases of 19th-Century General Paresis. En: Bogousslavsky J, Boller F (eds): Neurological Disorders in Famous Artists. Basel, Karger, 2005, vol 19, pp 9–16. (Texto completo PDF)


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sábado, 6 de octubre de 2012

Adolescentes, suicidio, teléfonos celulares y la oscuridad del amanecer






Los medios de comunicación rebotan la siguiente noticia con grandes titulares: "Celulares provocarían trastornos mentales en adolescentes". Semejante llamada suscita la atención preocupada, indudablemente.

Presurosos acudimos a la fuente original, el artículo "The Suicidal Feelings, Self-Injury, and Mobile Phone Use After Lights Out in Adolescents" de reciente aparición en el Journal of Pediatric Psychology, pues nos hallábamos convencidos de que la prensa de tabloide magnifica y distorsiona en aras de la vistosidad de sus publicaciones, y que semejante titular desfiguraba la investigación sesuda y enjundiosa a la que citaba. ¿No decían que Borges afirmó que el periodismo es un arte que hace creer que  pasan cosas nuevas todos los días?

El artículo mencionado no es de acceso libre pero queremos glosar algunos de sus párrafos. Se trata de un estudio trasversal donde se encuestó a un amplio número de adolescentes japoneses subdivididos en dos grupos (adolescentes menores y adolescentes mayores), es decir, en un mismo momento se les interrogó sobre su uso de celulares después de acostarse y apagar la luz, las horas de sueño cumplidas, la ideación suicida y actos de autoagresión en fecha reciente y el estado global de su salud mental.

Los autores encontraron asociación entre el uso de los celulares luego de "apagar la luz", o sea tras irse a dormir, y un menor nivel de salud mental global, una mayor frecuencia de ideación suicida y actos de autolesión por parte de los adolescentes encuestados. Llamó la atención que en el grupo de adolescentes menores el uso del celular se asociara a reducción de horas de sueño pero no en adolescentes mayores, esto cuestionaba la idea de que la reducción de horas de sueño mediara como explicación en los problemas de salud mental de los adolescentes. 

Mediante mecanismos estadísticos, los autores confirmaron que en general la duración del sueño no se relacionaba con el nivel de salud mental de los adolescentes encuestados: postularon hipotéticamente que el asunto no radicaría pues en la cantidad sino en la calidad del sueño, y para ello apelan y mencionan supuestas disrupciones en la secreción de melatonina, debido a la luz de la pantalla del celular (!)... También comentan la posibilidad de que las emociones negativas suscitadas al comunicarse por mail o mensajes de texto en esos momentos del amanecer pudiesen afectar la salud mental de los adolescentes encuestados.

Dados sus hallazgos, los autores sugieren una campaña educativa para evitar el uso de celulares por los adolescentes durante las horas del amanecer. (Ellos mismos se percatan que sería un despropósito decomisar los celulares a los adolescentes antes de que se retiren a dormir o algo así de draconiano y traído de los cabellos).

En nuestro idioma hay un refrán que habla de poner a la carreta delante de los bueyes y otro que menciona a un rábano que es tomado por las hojas, es decir, la confusión, el trastocamiento de términos distintos, la causa por el efecto como en el caso de este estudio: asumiendo como causas del pobre nivel de salud mental y riesgo de suicidalidad al ¡uso de celulares en determinado momento del día!

Cuando más bien podría tratarse de lo opuesto y que llanamente el uso de esta tecnología trasunte problemas de fondo y de mayor raigambre en la vida emocional y el bienestar de muchachas y muchachos: es decir, adolescentes ya deprimidos, tímidos, fóbicos, solitarios o carentes de soporte sociofamiliar (variables todas no exploradas en el estudio), aferrándose a vínculos ilusos o interactuando en chats en busca de socialización artificial, esperando la respuesta de un mensaje de WhatsApp que no llega, o estirando una llamada telefónica inane para no darse de bruces con la oscuridad del alba pues su única y diminuta luz es la pantalla iluminada del smartphone.






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miércoles, 3 de octubre de 2012

Psicopatología del ánimo y el ahí...




¿quién se atreverá a condenarme
si esta gran luna de mi soledad me perdona?

Borges






Frecuentemente, ante la pregunta planteada al paciente acerca de su humor: "¿Cómo está Ud?", se obtiene la escueta, desalentada respuesta siguiente: "Ahí..."

- Y dígame: ¿Cómo está Ud.?

- Ahí...

Y una larguísima hilera de puntos suspensivos sigue al "ahí"................................

Una larga hilera como de lágrimas microscópicas que se evaporan en fila india .

Se ha insistido acerca de las diferencias y complementariedades entre las concepciones de ánimo y afecto

Sin embargo, no podemos dejar pasar esta expresión al desgaire.

Estar "ahí..." reverbera como una cosificación del ánimo, se le vivencia a éste ya no como algo vital sino a manera de la experiencia de un objeto inerte y que se puede arrumar, y dado que el individuo encarna su estado anímico, es el mismo individuo quien puede describirse así: en un ángulo del salón, excluido del concierto colectivo cual un instrumento desafinado que ha perdido el compás y se va escurriendo hacia  el silencio.

La respuesta "ahí..." simboliza un ánimo escuchimizado, ya no amplio y airoso, más bien anhedónico y desmotivado que aplastante y melancólico, un ánimo que ya ni siquiera puede aplastar.

"Ahí..." puede significar cualquier parte, cualquier lugar: ese sitio que no es alguno pero en donde se olvidan las cosas intrascendentes, que ya no brillan. Un ánimo de hojarasca.

Estar "ahí..." y ya no "aquí". No hundido, sino desperdigado; no sumido, sino arrojado; no sepultado sino esparcido.

Y aunque es obvio que no debe circunscribirse la descripción del ánimo a "lo que dice el paciente", pues sino anotaríamos simplemente en la parte correspondiente a ello en el examen mental: ÁNIMO: "ahí....", cuántas cosas pueden significar ante la pregunta acerca del estado afectivo estas tres letras.



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